Sobre la
crítica a las actuaciones de Turquía en la guerra, no se debería perder de vista que entró en la
guerra mundial profundamente exhausta por seis años de ininterrumpido conflicto
y era por tanto dependiente del apoyo de Alemania en todos los asuntos técnicos
y cuestiones de equipamiento. Realmente
esta ayuda no pudo prestarse hasta que
el corredor balcánico fue abierto a través de Servia y Bulgaria en el invierno
de 1915-16, e incluso entonces solo pudo llevarse a efecto muy gradualmente.
Las dificultades de comunicación con Constantinopla no fuero superadas del todo
hasta el final de la guerra. Las propias necesidades de Alemania y la necesidad
de ayudar a Austria-Hungría en este área lo impidieron.
Tampoco
menores fueron las dificultades de la conexión con Asia Menor. En tiempo de
paz, el tráfico entre Constantinopla y la costa de Asia Menor así como con las
costas sirias y armenias había sido en su mayor parte por vía marítima. Esta
quedaba ahora cerrada. El recurso que restaba eran las rutas terrestres. No
había conexión ferroviaria, en cualquier caso. En la promoción de la
construcción del ferrocarril de Bagdad las consideraciones económicas y
financieras habían desempeñado un papel principal, y las consideraciones
militares habían sido negligentes. La línea anatólica, que cruzaba por las
mesetas de Asia Menor hacia el sureste terminaba junto a las laderas
occidentales de la enorme cadena del
Tauro. Desde allí hasta el frente en Armenia el tráfico había de pasar por 450
a 500 millas de caminos campestres a través de salvajes y quebrados distritos
montañosos. La comunicación con los frentes en el sureste estaba algo
facilitada por el hecho de que diferentes secciones del ferrocarril
podrían ser usadas para este fin. El
ferrocarril estaba operativo en la llanura de Adana desde las estribaciones
orientales del Tauro hasta las laderas
occidentales del Amanus. Otro
puenteaba la distancia desde Alepo a Jerusalén. Un tercero estaba siendo
construido desde el pie oriental del Amanus a Alepo y en una dirección noreste
desde allí al Eufrates, donde el río podía ser usado hasta Bagdad durante el
breve periodo de la crecida. Todas estas secciones ferroviarias, en cualquier
caso, sufrían más problemas por su escasez de material rodante, material de
mantenimiento, combustibles y tanto trabajadores como especialistas. Los
esfuerzos de los ingenieros alemanes y las tropas ferroviarias alemanas por
conseguir corregir estas condiciones probablemente constituyen la mayor obra
jamás ejecutada en esa provincia. La construcción de la línea sobre la cadena
montañosa del Tauro y a través de la
cadena del Amanus, la construcción de un viaducto al noroeste de Alepo y el
puente sobre el Éufrates son logros tecnológicos del mayor nivel. Dadas las
circunstancias, de cualquier modo, incluso la sacrificada devoción de estos
hombres no podía más que producir una limitada mejoría.
FUENTE: " El Alto Mando alemán y sus decisiones 1914-1916" Erich Von Falkenhayn. Nueva York 1920 ( Traducción personal )