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martes, 23 de agosto de 2016

COMENTARIOS DEL CANCILLER BETHMANN SOBRE LA MISIÓN HALDANE 1912

El 8 de febrero, Lord Haldane llegó a Berlín. Nuestra larga y confidencial conversación se movió en los más amistosos términos y con gran franqueza.

Haldane aseguró enfáticamente que personas de autoridad en Inglaterra estaba trabajando no solo por una mejoría sino por una reconstrucción amistosa de las relaciones. Al día siguiente Haldane tuvo una entrevista con el Káiser en la cual el almirante Von Tirpitz estuvo presente. El entendimiento parecía ya estar encarrilado. Nosotros hicimos la concesión  de que los tres barcos de nuestra ley, el primero no sería necesario antes de 1913, los otros dos en 1916 y 1919, y esto parecía satisfacer al ministro inglés. En una conversación privada él se describió como particularmente  satisfecho por las impresiones que había recibido, y lleno de esperanza por el éxito de un acontecimiento en la historia mundial tal y como  él consideraba la negociación recién abierta.

Del lado alemán un elaborado borrador de tratado fue dibujado centrándose en una definida declaración de neutralidad entre Inglaterra y Alemania. La fórmula era como sigue:

“ Si una de las altas partes contratantes se viera envuelta en una guerra con una o más potencias, la otra parte contratante al menos observará una benevolente neutralidad hacia la parte involucrada en guerra, y usar su máximo esfuerzo en localizar el conflicto”. Haldane por su parte propuso la fórmula siguiente: “ Ninguna potencia hará o propondrá lanzar ningún ataque sin provocación sobre la otra o se unirá a ninguna combinación o alianza contra la otra en propósitos de agresión, o se convertirá en partícipe de ningún plan de operación naval o  militar sola o en combinación en otra potencia dirigida a semejante finalidad”.

El resto del esbozo del tratado se refería a cuestiones coloniales en las cuales Haldane hizo extensas ofertas en compensación por las concesiones alemanas en el tema del ferrocarril de Bagdad. Además de una ampliación de las posesiones alemanas en el suroeste de África sobre la base de un entendimiento respecto a la adquisición de la Angola portuguesa, él contempló asimismo transferir Zanzíbar y Pemba a Alemania.

FUENTE: Extraído de BETHMANN HOLLWEG "REFLEXIONES SOBRE LA GUERRA MUNDIAL" Lexington 2011 ( FACSIMIL DE LA EDICIÓN ORIGINAL EN INGLÉS DE 1920)

viernes, 12 de agosto de 2016

DISCURSO DE CHURCHILL EN GLASGOW EL 8 DE FEBRERO DE 1912 SOBRE LA RIVALIDAD NAVAL CON ALEMANIA

“Los propósitos del poder naval son esencialmente defensivos, No tenemos, ni hemos tenido nunca, intenciones agresivas y no atribuimos tales intenciones a otras grandes potencias. Sin embargo, hay una diferencia entre la potencia naval británica y la del amigable gran Imperio alemán, a quien deseo que pueda continuar siendo grande y amigo. La flota británica nos es necesaria por varias razones, mientras que la flota alemana tiene para ellos más bien un carácter de lujo. Nuestra potencia naval está ligada directamente a la existencia de Inglaterra. Es la existencia misma para nosotros, para ellos es la expansión…

Tenemos grandes reservas de personal marino en este país. Hay medidas que pueden ser tomadas para hacer un empleo mayor de dichas reservas del que ha sido posible hasta ahora, y he dado instrucciones para que este aspecto sea estudiado detalladamente por los expertos navales que me informan. Nuestras reservas, tanto de la Marina Real como de la Marina Mercante, son un gran apoyo, y esta isla nunca ha estado ni estará escasa en marineros fuertes adiestrados, aliados desde mi primera juventud para el servicio en los mares.

Suceda lo que suceda en el mundo, aquí no habrá lamentaciones, no se denotarán señales de angustia, no pediremos socorro ni ayuda. Haremos frente al futuro igual que lo habrían hecho nuestros antepasados, con calma y sin arrogancia, pero con firme e inflexible determinación. De todas las potencias, seremos los primeros  en acoger una pausa o disminución de la rivalidad en los efectivos navales; tal disminución estamos dispuestos a hacerla, no con palabras, sino con hechos.


Pero si hay un aumento de efectivos en el continente europeo, no se vacilará en hacerles frente para satisfacción de nuestro país. A medida que se agudice la competición naval, nosotros aumentaremos, no solo la cantidad de barcos en construcción, sino la proporción que deba tener nuestra fuerza naval para hacer frente a otras grandes potencias navales, de tal modo, que nuestro margen de superioridad sea cada vez mayor y nunca menor a medida que la tensión aumente. Así debemos dejar bien sentado y sin lugar a duda alguna que las potencias navales, en vez de alcanzarnos mediante esfuerzos crecientes, solamente conseguirán quedar más distanciadas a consecuencia de las medidas que tomaremos.”

FUENTE: Extraído de "La crisis mundial 1911-1918" de Winston Churchill,  2014