“Todos
comprendimos que el bombardeo intenso era el preludio del asalto de infantería (…)
esperando que se desplazara el bombardeo
desde las defensas del frente a las de retaguardia. Era de vital importancia no
perder entonces un segundo en ocupar posiciones al aire libre para hacer frente
a la infantería británica que avanzaría inmediatamente detrás de la barrera de
artillería. (…) Apenas estábamos en posición cuando se vio moverse desde las trincheras
británicas una serie de líneas de extensas de infantería. La primera parecía extenderse
ilimitadamente de derecha a izquierda, y fue seguida rápidamente por una
segunda y luego una tercera y una cuarta. Avanzaban con paso mesurado, como si
esperaran no encontrar a nadie vivo en nuestras trincheras (...)
Pocos minutos más tarde cuando la línea de cabeza británica se hallaba ya a menos de 100 metros , crepitó de repente el fuego de ametralladoras y los fusiles a lo largo de toda la fila de embudos. Algunos tiraban de rodillas para apuntar mejor sobre aquel terreno deshecho, mientras otros en la excitación del momento se ponían de pie, olvidando su propia seguridad, para tirar sobre la multitud que tenían enfrente. Unos cohetes rojos subieron en el cielo azul comos señal a la artillería e inmediatamente una nube de proyectiles de las baterías alemanas de retaguardia desgarró los aires y estalló entre las líneas que avanzaban. Parecieron caer secciones enteras y las formaciones de más atrás que se movían en orden cerrado se dispersaron rápidamente. El avance se detuvo enseguida bajo esta granizada de granadas y de balas; a lo largo de toda la línea se veían hombres que levantaban los brazos al aire y caían para no moverse más; los heridos graves rodaban por el suelo en su agonía y otros menos graves se arrastraban al embudo más próximo en busca de abrigo. Pero el soldado británico es valiente (…) Las líneas desplegadas, aunque deshechas y con muchos huecos, adelantaban de nuevo y con más velocidad; en lugar de marchar tranquilamente ganaban terreno en cortas carreras al paso ligero “
Pocos minutos más tarde cuando la línea de cabeza británica se hallaba ya a menos de 100 metros , crepitó de repente el fuego de ametralladoras y los fusiles a lo largo de toda la fila de embudos. Algunos tiraban de rodillas para apuntar mejor sobre aquel terreno deshecho, mientras otros en la excitación del momento se ponían de pie, olvidando su propia seguridad, para tirar sobre la multitud que tenían enfrente. Unos cohetes rojos subieron en el cielo azul comos señal a la artillería e inmediatamente una nube de proyectiles de las baterías alemanas de retaguardia desgarró los aires y estalló entre las líneas que avanzaban. Parecieron caer secciones enteras y las formaciones de más atrás que se movían en orden cerrado se dispersaron rápidamente. El avance se detuvo enseguida bajo esta granizada de granadas y de balas; a lo largo de toda la línea se veían hombres que levantaban los brazos al aire y caían para no moverse más; los heridos graves rodaban por el suelo en su agonía y otros menos graves se arrastraban al embudo más próximo en busca de abrigo. Pero el soldado británico es valiente (…) Las líneas desplegadas, aunque deshechas y con muchos huecos, adelantaban de nuevo y con más velocidad; en lugar de marchar tranquilamente ganaban terreno en cortas carreras al paso ligero “
FUENTE: MATTHAEUS GERSTER “LOS SUABOS EN EL ANCRE. SOBRE LAS LUCHAS DE LA 26º DIVISIÓN DE LA RESERVA" HEILBRON, 1918
( citado por W. Churchill en “La crisis mundial 1911-1918” )
( citado por W. Churchill en “La crisis mundial 1911-1918” )