Los alemanes han probado que confían en gran medida en los
submarinos, minas y torpedos, y no puede haber duda alguna de que en una acción
naval tratarán de hacer el máximo uso de estas armas, sobre todo desde el
momento en que poseen sobre nosotros una superioridad efectiva en este aspecto
en particular. Es necesario reflexionar sobre el método táctico a emplear por
nosotros ante estas formas de ataque. (…) manejando juiciosamente nuestra flota
de batalla, pero provocará que no siga probablemente en la dirección implicada
por la táctica del enemigo. Así, por ejemplo, si la flota de batalla enemiga da
media vuelta ante la nuestra que avanza, deducid que su objeto es atraernos
hacia submarinos o minas suyas y evitaré seguirla.
Deseo llamar particularmente la atención de sus señorías
sobre este punto, puesto que podrá ser calificado como una negativa a aceptar
la batalla y, realmente, puede dar como resultado que no se logre obligar al
enemigo a batirse tan pronto como se espera y se desea.
Tal resultado repugnará a todos los oficiales y marineros de
la flota británica; pero ante métodos de guerra nuevos y aún no experimentados,
se imponen también nuevos procedimientos
tácticos.
Sé que esta táctica, si no es comprendida, puede atraer
sobre mí el odio general; pero, mientras posea la confianza de sus señorías,
estoy resuelto a seguirla, por ser en mi opinión la indicada para derrotar y
aniquilar a la flota de batalla enemiga sin tener en cuenta las críticas
indocumentadas.
La situación es difícil, y, si se da un mal paso, está
completamente dentro de los límites de lo posible que la mitad de nuestra flota
de batalla pueda quedar deshecha por un ataque submarino antes de abrir
siquiera fuego (…)
El objeto de esta carta es exponer mis puntos de vista ante
sus señorías y llamar la atención sobre las alteraciones que estamos obligados
a introducir en las ideas preestablecidas en táctica naval ante la probable
aparición submarinos y fondeadores de minas en la batalla.
FUENTE: CARTA DEL ALMIRANTE JELLICOE AL ALMIRANTAZGO BRITÁNICO EN OCTUBRE DE 1914. CITADO EN "LA CRISIS MUNDIAL 1911-1918" de Winston Churchill. 2014