“Los propósitos del poder naval son esencialmente
defensivos, No tenemos, ni hemos tenido nunca, intenciones agresivas y no
atribuimos tales intenciones a otras grandes potencias. Sin embargo, hay una
diferencia entre la potencia naval británica y la del amigable gran Imperio
alemán, a quien deseo que pueda continuar siendo grande y amigo. La flota
británica nos es necesaria por varias razones, mientras que la flota alemana
tiene para ellos más bien un carácter de lujo. Nuestra potencia naval está
ligada directamente a la existencia de Inglaterra. Es la existencia misma para
nosotros, para ellos es la expansión…
Tenemos grandes reservas de personal marino en este país.
Hay medidas que pueden ser tomadas para hacer un empleo mayor de dichas
reservas del que ha sido posible hasta ahora, y he dado instrucciones para que
este aspecto sea estudiado detalladamente por los expertos navales que me
informan. Nuestras reservas, tanto de la Marina Real como de la Marina
Mercante, son un gran apoyo, y esta isla nunca ha estado ni estará escasa en
marineros fuertes adiestrados, aliados desde mi primera juventud para el
servicio en los mares.
Suceda lo que suceda en el mundo, aquí no habrá
lamentaciones, no se denotarán señales de angustia, no pediremos socorro ni
ayuda. Haremos frente al futuro igual que lo habrían hecho nuestros antepasados,
con calma y sin arrogancia, pero con firme e inflexible determinación. De todas
las potencias, seremos los primeros en
acoger una pausa o disminución de la rivalidad en los efectivos navales; tal
disminución estamos dispuestos a hacerla, no con palabras, sino con hechos.
Pero si hay un aumento de efectivos en el continente
europeo, no se vacilará en hacerles frente para satisfacción de nuestro país. A
medida que se agudice la competición naval, nosotros aumentaremos, no solo la
cantidad de barcos en construcción, sino la proporción que deba tener nuestra
fuerza naval para hacer frente a otras grandes potencias navales, de tal modo,
que nuestro margen de superioridad sea cada vez mayor y nunca menor a medida
que la tensión aumente. Así debemos dejar bien sentado y sin lugar a duda
alguna que las potencias navales, en vez de alcanzarnos mediante esfuerzos
crecientes, solamente conseguirán quedar más distanciadas a consecuencia de las
medidas que tomaremos.”
FUENTE: Extraído de "La crisis mundial 1911-1918" de Winston Churchill, 2014
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